lunes, 8 de septiembre de 2014

Filosofía natural del amor o Los debrayes de un verde puberto

El segundo largometraje del director Sebastián Hiriart, hijo de la también cineasta Guita Shyfter se titula  "Filosofía natural del amor" y es otra de las cintas que intentan seguir el llamado "Camino Reygadas" sin conseguirlo… pues el público sólo tiene cupo en su cerebro para un sólo debrayador exitoso, y no para sus cachorros mal encaminados.

De acuerdo con el director, la cinta esta inspirada en el libro del psicólogo Remy de Gourmont, en donde compara la conducta humana respecto al amor con los procesos reproductivos de los insectos y otros animales.

Algo que de entrada pudiera parecer interesante, de no ser porque Sebastián Hiriart expele verdura (por verde) en sus intentos por ser director, recetando en este filme una suerte de cocktail de varias historias maltrechas en las que curiosamente la única constante es la sensación de sentirse insecto por haber pagado y perder mas de hora y media en los debrayes de un casi puberto, porque Hiriart en realidad es veinteañero.

Con su amplia experiencia de vida (27 años) y no sin poca humildad, el director, quien ya antes nos había recetado un primer largometraje "A tiro de piedra", donde sacó por primera vez de la catacumbas de los engendros prógnatas al buen Gabino Rodríguez (a quien lo prógnata se le disculpa, pero lo mal actor no) intenta en este nuevo intento audiovisual hacer un mosaico de historias.

Sin embargo Sebastián Hiriart peca en esta cinta de todos los errores de la generación de los "cineastas iletrados" y hasta añade nuevos párrafos al presentar una mediocre estructura, un absoluto desconocimiento de la dirección de actores e incluso una fotografía que se tambalea entre el documental del Discovery Channel, la de cualquier video chafa de animales chuscos de Youtube (tan sólo ver la escena del gorilita), la de un reportaje de Ventaneando de Paty Chapoy (con las supuestas escenas de netas de pareja) e incluso le da por el "malinchismo disfrazado" al poner a dos gueritos extranjeros como símbolos de un Adan y Eva perdidos en un México salvaje donde las fuerzas de la naturaleza los hace peligrar… ah pero eso si, la premisa es que son gueritos… y extranjeros… porque no hubiera sido lo mismo poner, por ejemplo, a su cuate Gabino de Adán con una actriz "ñerita", porque entonces no podría explotar los arquetipos del paraíso y de las fábulas infantiles donde la pureza se encuentra en los "ricitos de oro".

Curiosamente hay algo de freudiano en esta historia de gueritos, pues investigando me encuentro con que los abuelos del director llegaron de Ucrania y Lituania a vivir a Costa Rica… ¿habrá un paralelismo entre esa historia de gueritos perdidos en un mundo tropical y lo que vivieron sus parientes? Aunque con el mal tratamiento de la cinta se vuelve una visión un tanto colonialista.

Al mismo tiempo, un Jorge Zárate bastante limitado se encarga de ponerle la cereza al pastel con otra limitada historia, donde a su vez participa una limitada Himmel.

Es así como a medida que "Filosofía natural del amor"se convierte poco a poco en una bola de nieve en la que la premisa supuestamente era el amor, eran los insectos, era el intento por hacer un tratado filosófico y sociológico, pero uno comienza a entender que es partícipe de una farsa mas de directores novatos que al no saber narrar una historia se inclinan por hacer cocteles que recuerdan esas grabaciones amontonadas que uno descubre en sus VHS antiguos (cuando uno los mira por nostalgia) y donde lo mismo puede aparecer una mariposa saliendo de su capullo, grabada una tarde en un programa documental de Canal 11, que una escena de "Porqué callamos las mujeres", una visita al zoológico donde nos burlamos de las nalguitas del gorila preso o las opiniones de recuerdos y terapia de pareja de ese programa mañanero para amas de casa que solían transmitir por Televisión Educativa.

En resumen, a Sebastián Hiriart, le harían falta cinco buenos consejos antes de iniciar siquiera a pensar en su tercera película: 1) Olvidarse que es guerito  2) Dejar de lucrar con el sobrenombre de "cineasta independiente", pues su anterior cinta "A tiro de piedra" recibió un jugoso apoyo por parte de IMCINE para ser finalizada 3) Dejar descansar a su amigo Gabino y pagarle unas clases de actuación, de perdida en la AMCI  4) Dejar de prenderle velas al altar de Carlos Reygadas que seguramente tiene en su recámara y tratar de mirar, como decía Octavio Paz en el Laberinto de la Soledad, su propio reflejo distorsionado en las aguas del río… y 5) Madurar.





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